¿Sabías que Los Mayas consideraban los ojos bizcos tremenda mente atractivos? ¿Y que las córneas de los tiburones son utilizadas en trasplantes a humanos? ¡Mira este vídeo y aprende algunas cosas muy interesantes sobre los ojos!
¿Sabías que Los Mayas consideraban los ojos bizcos tremenda mente atractivos? ¿Y que las córneas de los tiburones son utilizadas en trasplantes a humanos? ¡Mira este vídeo y aprende algunas cosas muy interesantes sobre los ojos!
Cuantas veces nos habremos preguntado porque se dice que las gafas de sol del “top manta”, mercadillo, vendedores ambulantes u otros, son TAN malas.
Es una pregunta, de la cual la mayoría de la gente desconoce su respuesta, e incluso llegan a pensar que se trata de un falso rumor inventado. Bien, pues he aquí la explicación y la demostración de que es CIERTO.
Las lentes solares, constan de un “tinte” que les da ese tono oscurecido, y que es el que nos produce una visión más confortable reduciéndonos la luminosidad de lo que es observado. Esto provoca que el ojo reciba la señal de que hay menos luz, y a consecuencia la pupila se dilate, para que de esa forma, entre más luz. Todas las gafas de sol constan de ese “tinte”.
Sin embargo, una gafa mala, no absorbe esta radiación, y a la vez nos está abriendo la puerta de nuestro ojo, la pupila, dando lugar a que la cantidad de radiación que entra en el ojo sea mayor. Por tanto es mejor no usar gafas a usar una gafa sin protección. La diferencia la encontramos en filtro UV (ultravioleta), el cual es inapreciable a simple vista, y del que solo constan las gafas que podemos adquirir en un centro especializado: una óptica. Este filtro absorbe la radiación UV que emite el sol, evitando que llegue a nuestros ojos.
La radiación UV da lugar a diversas patologías en diferentes estructuras del ojo como son la córnea (queratitis o úlceras corneales), cristalino (cataratas), conjuntiva (pinguécula o pterigion) y retina (degeneración macular asociada a la edad, DMAE).
Por ello, de la misma forma que nunca compraríamos un medicamento fuera de una farmacia, tampoco deberíamos hacerlo con nuestra gafa, fuera de una óptica.
Actualmente, existen lentes de contacto para casi todos los problemas visuales capaces de adaptarse a las necesidades del usuario y con la garantía de una comodidad duradera hasta el final del día.
La evolución que ha experimentado las lentillas durante el último siglo ha propiciado la aparición de lentes de contacto de hidrogel de silicona, de lentillas multifocales que corrigen la presbicia e incluso de unas lentes de contacto de última generación que imitan la superficie de la córnea humana para ofrecer la máxima adaptación y confort a lo largo de la jornada, y en un futuro, no muy lejano, las «lentes inteligentes» no solo se podrán corregir defectos en la visión, sino que además podrán monitorizar diferentes procesos crónicos.
Google y Novartis colaborarán para desarrollar una «lente inteligente» que tenga el potencial de tratar enfermedades oculares. Interesan sobretodo dos áreas:
Las lentes de contacto también podrían ser actores principales en la revolución 3D. Un equipo de la Universidad de Princeton, dirigido por el profesor McAlpine, ha realizado una verdadera proeza técnica: crear un lente de contacto de visión 3D, utilizando una impresora 3D.
Gracias a la nueva técnica de impresión se pueden superponer hasta 5 capas con diferentes materiales y así crear una nueva tecnología de visualización, que permitirá mejorar la visión de contenidos como las películas en 3D, rayos X y también sería capaz de modelizar objetos, es decir, la lente sería capaz de escanear un objeto que posteriormente deseásemos recrear vía una impresora 3D.
Cada una de las 5 capas de la lente de contacto tiene sus propias características, creando una lente menos voluminosa y más agradable para el usuario.
La primera da la forma a la lente y contiene los circuitos integrados. La segunda lleva la corriente a la tercera y la cuarta capa, la cual está compuesta de nanocristales, que no son sino pequeños LEDs que va a crear la famosa visión 3D. La última es una capa protectora para el ojo.
Para un conductor de moto, además del casco, debe ser imprescindible su protección ocular.
El propio aire que incide sobre nuestros ojos, disminuye la cantidad de lágrima, dando lugar al conocido síndrome de Ojo Seco. Este aire esta compuesto por miles de partículas, las cuales se convierten en pequeños proyectiles, dada la velocidad de circulación , que acaban impactando directamente sobre el ojo, produciendo traumatismos y cicatrices sobre el mismo, que conllevarían una disminución de la visión. Además el ambiente está lleno de pequeños insectos, que caen en el ojo, pudiendo provocar graves infecciones.
Esto puede comprobarse observando los pequeños impactos existentes sobre la visera de un casco integral (el más recomendado), o los existentes en la gafa de la imagen, usada por un motorista.
Por eso mismo, en el caso de que la opción sea una gafa, no es recomendable el uso de la misma con lentes minerales, ya que podrían fracturarse, convirtiéndose así en un auténtico peligro en vez de un elemento protector.
A la hora de la elección de protección para nuestros ojos, hemos de tener en cuenta que el 90% de la información que obtenemos conduciendo una moto, es a través de los mismos, por tanto será mejor cuanto mayor sea el campo visual. Además hemos de tener en cuenta, que la visera o las gafas, no posean filtro, ya que este reduciría nuestra visibilidad nocturna, siendo un gran factor de riesgo.
Debemos de tener en cuenta la opción de unas gafas polarizadas, cuyas ventajas hacen más confortable nuestra conducción